El Stegosaurus volador

Un barranco donde los dinosaurios practican sus habilidades voladoras. El mejor lugar para que un humano de un paseo.
Esta bien podría ser la cuarta entrada de "Errores del Mesozoico" (I, II, III) o una ampliación de la primera. En esa mencionaba como en un principio se creía que el Stegosaurus, ese simpático dinosaurio cuadrúpedo de placas dorsales que aparece en Parque Jurásico o como Púas/Spike en En busca del Valle Encantado (La Tierra antes del tiempo en hispanoamérica), tenía las placas pegadas a la piel. Por eso su nombre significa "reptil con tejado".

En la primera entrada ya lo dije, pero este dinosaurio fue objeto de varias teorías que ahora se consideran disparatadas. La del tejado en la espalda es solo la primera de ellas. Enumerémoslas:
  1. Placas pegadas totalmente al dorso.
  2. Número variable de placas.
  3. Placas alineadas en una sola hilera.
  4. Placas emparejadas en dos hileras.
  5. 87 púas.
  6. 4 púas verticales al suelo.
  7. Segundo cerebro del tamaño de una nuez en la cola.
Para quien no lo sepa, ya que muchas veces en los juguetes y algunas representaciones están mal, las placas se disponían de forma alterna en dos hileras. Solo tenía dos pares de púas en posición horizontal al final de la cola Si nos fijamos en el dibujo podemos ver como las placas tienen distinto tamaño, se dirigen hacia atrás, la cola no se arrastra, tiene un cuerpo esbelto y no tiene un puñado de colmillos en la boca (esto es más típico de los juguetes).

Pero claro, yo no vengo a repetirles lo que ya dije en otra entrada. La razón por la que rescato estas teorías es que hay una que las supera, y no solo porque ni siquiera en su momento tenía ninguna base que la sustentara. Se trata, como es obvio por el título de la entrada (quienes me lean sabrán que no me caliento la cabeza con ellos, evitando así los dichosos "Títulos tipo facebook") del Stegosaurus volador.

Pongámonos en posición: La Tierra, 150 millones de años atrás. cuando África y Sudamérica aún estaban unidas y las flores aún no existían. Una bestia que podía alcanzar un máximo de 9 metros del longitud y 4,5 toneladas se deslizaba elegantemente por el aire como el verdadero amo de los cielos. Si no hubiera escrito ya unos cuantos párrafos hubierais pensado que me refiero a algún tipo de dragón, pero no. No cabe duda que, de haber podido volar, verlo sería épico.

Ahora bien, ¿a quién se le ocurrió tan brillante idea? Al escritor y paleontólogo aficionado W. H. Ballou en 1920. Todo se debía al desconocimiento, a principios del siglo XX. del uso que podía tener las placas del Stegosaurus. Incluso a día de hoy, cada vez que se descubre a un dinosaurio con placas o alguna vela en el dorso siempre se le atribuyen las mismas funciones: termorregulación, reconocimiento y/o cortejo. 

Representación aún más primitiva del Stegosaurus
Como por entonces se había descubierto que el cálculo del peso de la criatura era menor que el estimado debido a la presencia de huesos huecos, además de su pertenecía al orden de ornitisquios (caderas de ave), concluyó que el Stegosaurus podía ser un precursor de todas las criaturas voladoras. Ya que las placas no eran óseas ni estaban unidas al esqueleto, argumentó que podría disponerlas en horizontal para surcar el aire como una ardilla voladora. Por otra parte, sugería que sus débiles dientes eran el paso previo al pico de las aves. En su artículo en el Standard-Examiner de Ogden, Utah, también comparte la mencionada teoría de los dos cerebros, que seguía vigente por la época.

En su artículo, todas las suposiciones que hace para considerar al Stegosaurus una especie de proto-ave no tienen sentido, aunque quiera dárselo reiteradamente. Dejemos a un lado cómo es físicamente posible que un ser así se separe del suelo por su propia voluntad. No hace falta discutirlo porque es obvio que no puede. Ni siquiera con la "dieta" que supuso el descubrimiento de huesos huecos. 

Ahora bien, ¿podría haber usado las placas para volar? No, ni siquiera se mueven y son demasiado pequeñas. No hace falta ser un genio para averiguar que necesitarían un ala delta a escala dinosaurio. Si un ala delta puede tener 10 metros de envergadura, imaginaos el tamaño si tuviera que cargar más de 4 toneladas y ser llevado constantemente en la espalda. No sería ni cómodo ni discreto. Aunque lo mejor sería compararlo con el Quetzalcoatlus, el pterosaurio más grande conocido, quien con sus 10 metros de envergadura habría pesado 70 kilogramos, 64 veces menos que el dinosaurio en cuestión.

Otro detalle por el que Ballou lo emparentaba con las aves es por su cadera. Los dinosaurios se clasifican en ornitisquios ("cadera de ave") u saurisquios ("cadera de reptil"). Resumiendolo de manera muy rápida, los saurisquios serían todos los carnívoros y saurópodos (los famosos cuellilargos) mientras que los ornitisquios serían el resto. Si nos fijamos en los nombres, y teniendo en cuenta que las aves y los dinosaurios están emparentados, podríamos deducir que los antepasados de las aves son aquellos que tienen "cadera de ave", pero resulta ser al contrario.

En resumen, pesaba demasiado, no tenía las herramientas necesarias (y de haberlas tenido, podrían haber sido un estorbo) y tampoco era el ancestro de las aves que se esperaba. No obstante, aunque la idea no cuajó en la comunidad científica, Edgar Rice Burroughs en Tarzán en el centro de la Tierra, muestra cómo Jason Gridley se encuentra un Stegosaurus en Pelúcidar que puede planear y usa su cola como timón para perseguirlo.
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