Una tragica historia de odio hombre-pierna

El hombre, ¿en que se diferencia del resto de los animales? En que es el único capaz de realizar proezas estúpidas que marquen un antes y un después en la historia. En la antigüedad, cuando inventaron la música probaron como sonaba una piedra golpeando una cabeza y surgió la trepanación, método que se utiliza hoy en día como sustituto de la anestesia.

Ahora vayamos al siglo XXI y comencemos con la noticia. Si fuéramos un hombre joven, casado, con hijos y con un trabajo estable, nuestra vida sería medianamente buena. Pues no, porque ella está ahí, ¡la pierna! mírala como se ríe descaradamente de ti. Juajuajuajuajuajua (Risa de pierna) Tu mayor enemigo, ahí pegado a ti y no te puedes librar de él. O eso parecía, porque conocemos al peor enemigo de nuestra pierna, el hielo. Así que metemos la pierna en el hielo y esperamos que se ponga blandita. Cuando vaya cogiendo color, la servimos para consumir y la cortamos con lo que deseemos: cuchillo, tenedor, un serrucho o un plátano, la herramienta es lo de menos. Así nos libramos de nuestro enemigo, apúntate otra victoria si señor.

Esta es una descripción de lo que le ha pasado a un australiano que se ha cortado la pierna porque la odiaba. Ahora es feliz con su prótesis, que le trata con esa dulzura y amabilidad que tienen todas las prótesis.

La noticia puede parecer descabellada, pero puedes amputarte un brazo y que te pongan una pistola de rayos láser a lo megaman o cohetes en las piernas. Algunos seguro que están metiendo su "cosita" en hielo con la excusa de que es para aumentar la fertilidad (o para que los niños salgan esquimales), pero en realidad queréis cortárosla para poneros un pedazo de aparato reproductor másculino de 50 centímetros, 400 centímetros cúbicos, 200 válvulas y marcha atrás.