El condenado a muerte que sobrevivió a la erupción del monte Pelée

Imagínate que eres un criminal al que le gusta beber y luchar. Tu celda está parcialmente enterrada en el suelo y no es más que un cobertizo para la roca fundida. A pesar de tu carrera como criminal, la suerte está de tu parte. Has sobrevivido al peor desastre volcánico del siglo XX, que ha matado a 30.000 personas en cuestión de minutos.

El monte Pelée es un estratovolcán muy activo situado en el Caribe. Durante el inicio del siglo XX, Saint Pierre era la ciudad más grande de la isla de Martinica, con una población de 30.000 habitantes. Era un lugar encantador y animado, habiendo quienes la llamaban "París de las Indias orientales". Sin embargo, ignorado por sus habitantes, el volcán había despertado.



Torre de Pelée en octubre de 1902

El volcán comenzó su camino de destrucción el 23 de abril de 1902. Los vapores de azúfre habían estado saliendo de las fumarolas cercanas a la cumbre de la montaña, pero no parecía preocupar a los expertos y a los que vivían cerca. La montaña era conocida por las amenazas que se quedaban en nada. En los siguientes días y semanas se oyeron más señales de advertencia, pero la gente se negó a tomarselo en serio. Finalmente, el 8 de mayo de 1902, a las 7:52 de la mañana, hubo una erupción mortal. Las 30.000 personas que vivían en Saint Pierre murieron instantáneamente.

La porción superior de la montaña se hizo pedazos y un empezó a descender un flujo piroclástico por la montaña, engullendo a todo ser viviente en llamas sulfúricas. Posiblemente, la nube de humo que se produjo simultaneamente nunca fue vista por las victimas del desastre. La lava estaba por encima de los 1000ºC, mientras que la nube ondulante había viajado a la sorprendente velocidad de 670 km/h.

La ciudad ardió durante días. No quedó nada, aparte de los restos carbonizados de la gente y los edificios. Los cuerpos quemados fueron descritos como personas que habían muerto de repente y sin dolor. El miedo y el reproche se dibujaba en alguna de sus caras. Sin embargo, no corrieron o se escondieron de su devastador destino. De hecho, murieron en unas posiciones que indicaban que estaban haciendo en ese momento. Sin embargo, unos pocos se muestran agonizantes, con la cara contraída por la magnitud de la fuerza del volcán.
Nube de cenizas sobre el cementerio

Los edificios habían sido aplastados, convertidos en simple ceniza, y muchos cuerpos nunca fueron recuperados. Incluso para quienes conocían la ciudad, ahora esta les resultaba extraña.

Un calor súbito de más de 1000 grados atravesó la celda de un hombre llamado Louis-Auguste Cyparis, quien había sido encarcelado un día antes por meterse en una pelea.

Cuando vio un destello por la rendija de la puerta, orinó en su ropa y la tapó, para impedir que el calor entrara en su celda. Pero sus esfuerzos fueron infructuosos. Sin embargo, a pesar de sus quemaduras de tercer grado cubriendo gran parte de su cuerpo, sus pulmones no se quemaron como en otras víctimas, ya que cubrió su cara con la ropa húmeda. Afortunadamente, un equipo de rescate escuchó su llanto 4 días después.
Celda en la que se encontraba Cyparis

El futuro de Cyparis cambió drásticamente tras la erupción. Aunque había otros supervivientes, murieron por las heridas. Solo Cyparis, un zapatero del pueblo y una niña lograron sobrevivir a la erupción.

Por ello, a Cyparis le perdonaron sus crímenes y fue recibido en el circo Barnum & Bailey debido su fama por haber sobrevivido a tan increíble suceso, conociéndosele como Ludger Sylbaris, "El hombre que sobrevivió al Juicio Final" o "El hombre más maravilloso del mundo. Con 27 años, se convirtió en la primera persona negra en convertirse en una estrella del espectáculo. Murió de causas naturales en 1929, con 54 años.

Su celda aún sigue en pie y se puede visitar en Saint Pierre, aunque la ciudad, en la que viven unos pocos miles de habitantes, nunca se recuperó.

Fuente: Environmental Graffiti, Atlas Obscura
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