Las armas que todo genio malvado desearía tener

Cualquier villano que se precie, aparte de un buen puñado de secuaces dispuestos a morir patéticamente y una base secreta con un gran botón rojo de autodestrucción (con una sugerente voz femenina que anuncie la cuenta atrás, por supuesto), necesita de armas de lo más inusuales para sembrar el miedo en el mundo.
Serie: Armas de genio malvado

No basta con actos de terrorismo como comer langosta con ketchup, un genio de tal calibre debe tener a su disposición un arsenal que refleje su personalidad única. Así que si eres un genio loco que planea conquistar el mundo o simplemente quieres ganarte el corazón de uno, esta será una lista de lo que necesitas.

Submarino volador


Como muchos archienemigos, el proyecto tiene su origen en Rusia. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ingeniero Boris Ushakov del Instituto de ingeniería Naval diseñó un submarino volador o avión sumergible, como lo prefieran, que podía volar a 150 nudos (unos 278 km/h) y desplazarse bajo el agua a 3 nudos (5,56 km/h).

Como suele pasar en estos proyectos, terminan cancelándose. En 1939 se suspende y clasifica, pero en 1943, fue reanudado por Lavrenti Beria, jefe del NKVD, realizando una prueba de vuelo en 1947. 6 años después, Nikita Khrushchev cancela en proyecto.

En 1961, los estadounidenses tomaron el relevo y Donald Reid construyó el vehículo monoplaza Reid Flying Submarine 1 (RFS-1), con un motor de 65 caballos para volar y otro de 1 caballo para propulsarse bajo el agua. El 9 de junio de 1964 se hizo la primera prueba, volando a 10 metros de altura y 2 de profundidad, para lo que el piloto necesitaba una escafandra.

De este proyecto no se volvió a hablar hasta que DARPA mostró su interés en el 2008 por construir un submarino volador con capacidad de 8 ocupantes, 1 tonelada de carga y 2000 km de autonomía, recorriendo 20 km sumergido.

Tanque láser

Otro ingenio ruso fue el 1K17 Szhatie (1К17 Сжатие — "Compresión"), que utilizaba en chasis de un T-80 y un proyector láser en la torreta. Desarrollado en las décadas de los 70 y 80, su objetivo era atacar a los vehículos terrestres y freír sus dispositivos electrónicos.

La Unión Soviética intentó mantener el proyecto en secreto, pero el Pentágono descubrió los diseños, dándole el nombre en clave de Stiletto. Con el fin de la Unión Soviética, se abandonó su desarrollo, ya que algunos elementos, como los 30 kg de rubíes necesarios para concentrar la luz, lo encarecían mucho.

Se llegaron a probar dos tanques. Uno acabó en el desguace y otro en el Museo de Tecnología Militar cerca de Moscú, pero sin torreta.

Avión láser


Como el anterior, solo que vuela y es estadounidense. El láser aerotransportado Boeing YAL-1 se trata de un Boeing 747-400F con un láser que le permite destruir misiles soviéticos Scud y similares, como las versiones iraquíes cuando se encuentran en fase de propulsión.

En teoría, podría derribar otras aeronaves, misiles de crucero e incluso satélites de órbita baja terrestre. Sin embargo, como no se ha probado, no se sabe su capacidad contra estos objetivos.

Inicialmente, en los 80 ya se realizó este experimento con un Boeing NKC-135A, pero en 1996, se comenzó de nuevo el programa del láser aerotransportado. El 18 de julio de 2002 se hizo la primera prueba en Wichita, Kansas. Aunque se siguieron haciendo pruebas los siguientes 8 años, actualmente el programa está cancelado.

El secretario de defensa Robert Gates afirmó que sería necesario un láser 20 o 30 veces más potente, ya que si tuviera que atacar un misil en Irán, debería hacerlo dentro de sus fronteras. Además, el coste de construcción y mantenimiento sería demasiado elevado.

Submarino portaaviones

Los más famosos son los japoneses de la clase I-400. Estos submarinos eran mucho más grandes que los de su época. Necesitaban una pista lo suficientemente grande para que los hidroaviones pudieran despegar  pero también debía ser los suficientemente ancho para que no terminara dándose la vuelta. Para ello, lo solucionaron dándole una estructura que recordaba a dos submarinos unidos lateralmente.

Los tres hidroaviones de ataque Aichi M6A Seiran estaban alojados con las alas plegadas en un hángar tubular. Un problema con el que se encontraron es que pasaba mucho tiempo desde que encendían los motores y empezaban a volar. En la guerra, el tiempo es oro, y el enemigo puede aprovecharlo para destruir los aviones antes de que despeguen. Iniciar el motor dentro del hangar sería un suicidio, ya que morirían todos intoxicados por los gases producidos. La solución fue tener un depósito donde se calentaba el combustible, para que el vuelo se iniciara lo antes posible. A la hora de aterrizar, lo hacían en el agua, siendo recogidos por una grúa que los devolvía al hangar.

Se construyeron varios modelos de submarinos I-400. Su objetivo era sembrar el miedo en ambas costas de los Estados Unidos atacando directamente a sus ciudades más importantes. Entre las formas de atacar las ciudades se encontraba las bombas bacteriológicas, que ya habían sido utilizadas por el Escuadrón 731.

Tanque volador

Llegados a este punto, tenemos un tanque láser y un avión láser. Así que, ¿por qué no quitarle el láser a ambos, unirlos y que salga lo que tenga que salir? Si no fuera porque ambos son posteriores al Antonov A-40 Krylya Tanka, eso es lo que tuvo que pensar Oleg Antonov.

Este tanque venía a solucionar el problema que tenía lanzar vehículos con paracaídas, que era que sus tripulantes tenían que ir por separado. A principios de los años 30, Walter Christie ya había experimentado con tanques voladores, pero para los rusos, solucionar este problema era un asunto aún más urgente. Hasta entonces, la seda usada en los paracaídas era poco común en la Unión Soviética. Por eso, se dejaban caer a los soldados sobre la nieve, aunque siempre habría alguno que caería sobre una roca afilada al grito de "ублюдок!".

Se fueron probando alternativas, como el tanque anfibio T-40, hasta que en 1942 el gobierno soviético ordenó a Oleg Antonov hacer un planeador para tanques. Antonov utilizó un T-60 al que le puso alas y cola y que sería transportado por un bombardero, como el Petlyakov Pe-8 o el Tupolev TB-3.

La idea es que una vez lanzado desde el aire, el tanque fuera planeando hasta el campo de batalla. Como imaginareis, un tanque era demasiado pesado, por lo que se aligeró su peso, se disminuyó su munición, se eliminaron los faros y llevaba el combustible justo. Tras las pruebas, el proyecto se canceló, ya que no poseían un avión lo suficientemente potente para transportarlo a los 160 km/h necesarios para que pudiera planear.

Fuente: WikipediaNeoteoWikipediaWikipediaTaringa (Original de "Historias con historia")
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1 Comments
  • Anónimo
    Anónimo 13 de febrero de 2013, 23:42

    En los hidroaviones de ataque Aichi M6A Seiran lo que tenia que calentarse previamente era el aceite, y no el combustible como se indica en el articulo. Por lo demas me he entretenido bastante leyendolo. Gracias.

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