El origen del arco iris, de los nudos de los auriculares y del olor de la lluvia


¿Tienen los final los arco iris? ¿Hay un duende irlandés con una olla con monedas de oro? Por desgracia, tienen final pero no hay oro. ¿Pero y si disparamos una bala con una cámara hacia el arco iris? Te sorprenderá descubrir que el arco iris es único para cada persona, o más bien, para cada posición que ocupen.

Para que se forme un arco iris, debe de haber un foco de luz a tu espalda. La luz que produce no solo se refleja en las gotas de lluvia, sino que también se refracta, permitiendo ver los distintos colores de la luz visible. Pero para ver estos colores, debe formarse un ángulo específico que oscila entre 40-42º desde el ángulo de tu cabeza al de la sombra de tu cabeza. Por lo tanto, si nos movemos hacia delante para alcanzar el arco iris, este se moverá con nosotros.
Aunque puede haber un arco iris doble, que se produce cuando la luz se refleja dos veces en las gotas y que es visible a 50-53º desde tu posición. Entre los dos arcos iris, es decir, entre los 42-50º, el cielo es más oscuro. Esta zona se llama banda oscura de Alejandro y se produce porque la gota no es capaz de reflejar la luz a ese área. En ocasiones, parece como si en un extremo se fusionaran dos arcos iris. En este caso, el segundo arco iris se produciría por la luz reflejada en una superficie de agua, como un lago.

Volviendo a la cuestión del final del arco iris, si pilotaras un avión y vieras uno delante tuya, podrías ver como forma un círculo a tu alrededor.

Por otra parte, cuando he nombrado al foco de luz la mayoría habréis pensado en el Sol. Este fenómeno se puede producir a cualquier hora del día o de la noche, con la luz de la Luna. Este se puede llamar arco iris lunar, arco lunar o arco blanco. Son más difíciles de ver, ya que se tienen que dar ciertas condiciones, como Luna llena o gran humedad, y además son más débiles. Si en vez de lluvia se presenta una densa niebla se produce el espectro de Brocken, en el que veremos nuestra sombra rodeada de un pequeño arco.

El origen de los nudos en los auriculares

Posiblemente uno de los mayores misterios de la humanidad. ¿cómo puede liarse tanto un cable sin nadie que lo toque? ¿apoya esto la existencia de duendes malignos? No solo son los cables de los auriculares, sino que la amenaza se extiende a las luces de Navidad o incluso las bolas de pelos. Para ello, Dorian Raymer estudió este fenómeno usando cuerda y ganó nada más y nada menos que el Ig Nobel de física del 2008.

Cuando guardamos el cable, es el propio movimiento quien crea el nudo. Un cable largo y flexible tendrá más nudos, por lo que un cable muy flexible, infinitamente largo y que se mantenga en movimiento indefinidamente podrá tener infinitos nudos. Si además los enrollamos previamente facilitamos que esto ocurra. Para evitarlos hay varios consejos. Dado que estos comienzan a hacerse por uno de los extremos, la primera precaución es anudarlos entre sí. Si lo metemos en una caja ajustada y que no se vaya a mover, evitamos cualquier molestia. Otra opción menos práctica pero infalible es tenderlos vertical al suelo.

El origen del olor de la lluvia

Posiblemente todos podemos recordar un día de otoño en el que ha escampado y en la calle se percibe el característico olor a lluvia. Este olor se llama petricor. Se produce por los aceites que segregan las plantas que se adhieren a las rocas. Durante la lluvia, se libera junto con la geosmina, una sustancia producida por la bacteria  Streptomyces coelicolor o por el hongo Penicillium expansum. Los aceites segregados por las plantas retrasan la germinación de las semillas y el crecimiento de las plantas.

Ver más: Atmospheric optics, Spontaneous knotting of an agitated string
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1 Comments
  • Lautiara
    Lautiara 25 de julio de 2012, 18:38

    Mooola ;)
    Ya lo dicen que nunca te acostarás sin saber un par de cosas más...

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