¿Por qué los gatos tienen 7 o 9 vidas?

A veces los gatos son un misterio. Se dice que los gatos tienen siete vidas, pero en otros países tienen nueve. En principio parece seguir la típica tendencia por la que todo es mejor en otros países y hasta los gatos duran más. Es normal que nos liemos, si nos angustiamos buscándole tres patas. Pero, ¿de dónde viene sus múltiples vidas?

Por una parte, el origen común del mito puede provenir de la capacidad que tienen los gatos para escapar de situaciones amenazantes. En el caso de las caídas, el reflejo de enderezamiento permite al gato girar el cuerpo para situar las patas en dirección al suelo aumentando las posibilidades de supervivencia. Aunque hay un estudio que asegura que el daño sufrido por las caídas dejaba de aumentar a partir del séptimo piso porque alcanzaba la velocidad terminal en la caída, debido a un sesgo, esta conclusión podría aplicarse solo a los gatos que sobreviven. Es decir, solo los gatos que caen por encima de un séptimo piso y no mueren, no van a sufrir un daño proporcionalmente mayor al caído del séptimo.

Sin embargo esto no resuelve el misterio. En Italia, Alemania, Grecia, Brasil y los países hispanohablantes los gatos tienen 7 vidas mientras que en otros tienen 9. Es más, para los turcos y árabes tienen 6. ¿Eran más resistentes los gatos de unas zonas respecto a otras? ¿Se los mataba con más saña?

Aparición en la literatura

En Romeo y Julieta (1597), en el acto III en una conversación entre Tebaldo y Mercucio ya se menciona el número de vidas del gato. Al ser una historia inglesa menciona 9, aunque en traducciones al español el número cambie. Además, un dicho inglés dice así: "Un gato tiene nueve vidas. Juega durante tres, se aleja en las otras tres y se queda en las tres últimas".

Podría pensarse que, quizás, a partir de la traducción de Romeo y Julieta le cambiamos el número de vidas al felino. Nada más lejos de la realidad. La obra fue traducida al español por primera vez por Manuel García Suelto con el título Julia y Romeo (1803), pero, según CORDE, en Entremés del capeador (1609) ya se menciona:
una cortina, y quédase el bobo solo
Bobo (Ahora bien, yo quiero ver si éste me engaña o si, en decir "Poleo", acude.) ¡Hola, Poleo, Poleo, Poleo! ¡Aquí, a la capa! ¡Ayuda!
Sale el capeador
Capeador ¿Qué es eso? ¿A do está la capa? ¿Para qué das voces?
Bobo ¡Aquí, ayuda! ¡Siete, son siete!
Capeador ¿Cómo siete?
Bobo ¡Siete hombres!
Capeador ¿A dó están los siete?
Bobo Que no, un gato era.
Capeador ¿Pues cómo dices que son siete?
Bobo ¿Pues un gato no dicen que tiene siete vidas?
Capeador ¿Pues qué tiene que ver eso con esotro? Mira no llames que no sea que tengas alguna capa entre manos, porque si llamas y veo que me burlas, alguna vez te hallarás burlado, que no saldré aunque me llames, y te verás en necesidad: así que ten buena cuenta, que yo me vuelvo a mi puesto.
Vuélvese a poner el capeador dentro la cortina
Bobo No os llamaré ya que no tenga capa o algo.

Mitología

En una de las leyendas que rodean al Cait Sith, una criatura mítica de Escocia e Irlanda, decía que se trataba de una bruja capaz de convertirse en gato nueve veces, pero solo podían recuperar su forma original ocho veces, siendo la novena transformación la definitiva. Esta asociación este los gatos y las brujas no es única, ya que los espíritus familiares solían adquirir forma de gatos. En la novela de William Baldwin, Beware the Cat (1553), se repetía la afirmación de que las brujas podían convertirse nueve veces en gatos.

El número 9 se ha asociado con la Trinidad de las Trinidades o con la Enéada heliopolitana que agrupaba a 9 dioses egipcios descendientes del dios solar (Ra o Atum), pero sin una relación clara. Lo mismo ocurre con la diosa egipcia Pakhet, de la que se dice que vivió nueve vidas. Los gatos se asocian con Diana por su conexión con la noche. Al fin y al cabo, Cicerón ya la asociaba con el siete y el nueve ya que eran el número de revoluciones lunares necesarias para un nacimiento.

Según una leyenda, Shiva otorgó nueve vidas a los gatos. La razón es que conoció un gato en su templo que destacaba en las matemáticas y se enorgullecía de poder contar hasta el infinito. Shiva le pidió que le demostrara su talento, pero cuando iba por el número 7 comenzó a bostezar y en el 9 estaba dormido, demostrando que su genialidad no quitaba que fuera un perezoso. Mientras dormía, Shiva lo visualizó como un iluminado que comienza a meditar y concluye que le sueño seguramente se acerca al infinito. Como bendición, le otorgó sus nueve vidas.

Existe la posibilidad de que el 6, el 7 y el 9 sean números considerados mágicos por sí mismos. En muchas expresiones, se tiende a usar números como el 3, el 7 y el 9, como estar en el séptimo cielo o los siete mares. En expresiones equivalentes en diferentes idiomas, puede variar tan solo el número elegido, mientras, en ocasiones, un idioma puede usar dos para expresiones con el mismo significado (seventh heaven vs. cloud nine). Las creencias religiosas pudieron haber influido en esta división. De esta manera, en el norte de Europa, prevalece el uso del 9, una tendencia que podría expresarse en la creencia de los nueve mundos de la mitología nórdica o la manifestación del poder de la argolla Draupnir cada nueve noches. Mientras tanto, los cabalistas creían en siete cielos, un número importante en las religiones abrahámicas, pues se asociaba a la perfección.

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Fuente:The Cat in Magic and Myth, Jardiner.
  • Conway, D. J. (2018). The Mysterious Magickal Cat: Mythology, Folklore, Spirits, and Spells. Llewellyn Worldwide.
  • Dobrovol'skij, D., & Piirainen, E. (2006). Cultural knowledge and idioms. International journal of english studies, Vol. 6 (1), 2006.
  • Scheu, Ú. D. (1996). Creencias y mitos en el uso del número en tres culturas europeas. Revista Murciana de Antropología, (3), 61-70.
     
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