Una persona se come una media de 8 arañas mientras duerme: El doble bulo

Uno de los problemas de los medios de información es la falta de contraste de las fuentes. No sorprende que esto pueda causar sesgos y transmisión de información falsa. Se puede ver una muestra en la entrada que compartí hace un mes, donde resultó que el famoso mito de Popeye y las espinacas también era un bulo. Esta es una muestra del reportaje o cobertura circular, en la que la información parece venir de varias fuentes pero todas provienen de la misma, que no tiene que ser cierta, extendiendo datos falsos.

No es el único caso. Hay información que se transmite desde hace muchísimos años, cambiando solo el medio de transmisión. Han pasado por todas las redes de mensajería y redes sociales populares: chistes, falsas denuncias, recopilaciones de hechos curiosos, etc. Cada vez ha sido más fácil comprobar si algo es cierto o no, pero consiguen sobrevivir. Entre ellos está el mito de las 8 arañas que nos comemos al dormir. La cuestión es que tanto la afirmación como su posterior desacreditación son falsos.

Para empezar, es bastante improbable que una araña se acerque a nosotros mientras dormimos. Somos un animal cientos, si no miles, de veces más grandes que ellas, nos movemos y hacemos ruidos y atacarnos no les supone ningún beneficio. Si nos movemos o roncamos, mantendremos más alejadas a las arañas, porque no son amantes de las vibraciones, al menos, al nivel que alcanzan las que producimos. Además, si una persona tiene la boca abierta, puede estar roncando. La araña no va a ir a la fuente de sus temores.

Ante las trolas, Snopes es el primer sitio que visitar para saber cuánto tiene de cierto. No es infalible, pero mantienen su calidad a pesar de la cantidad de datos que contrastan. En el artículo menciona que la columnista Lisa Birgit Holst publicó un artículo de falsas creencias que circulan por e-mail en un artículo de 1993 de la revista PC professional. Cuando hizo referencia a las 8 arañas, citó a Insect Fact and Folklore (1954) de Lucy W. Clausen. Es algo curioso, cuanto menos. Por un lado, porque ese libro no dice casi nada de arañas. Algo comprensible, teniendo en cuenta que es un libro de insectos y las arañas son arácnidos.

Si la supuesta fuente original no dice nada, entonces habrá que comprobar el resto de citas de Snopes. Aparte del artículo de Scientific American y PC professional, había dos citas que no tenían relación con el origen del mito. El artículo del Chicago Sun-Times solo responde si la afirmación inicial es cierta o no. Descartados los demás artículos, solo queda revisar el más antiguo.

Si buscamos por Lisa Birgit Holst solo descubriremos que es una total desconocida. Sobre la publicación para la que escribió su artículo, PC professional, es una revista danesa que publicó dos números en 1992 y 1993, no siendo precisamente un éxito como se puede intuir. Es improbable que un dato tan aleatorio se hubiera extendido tanto a pesar de provenir de una revista local. Posiblemente, el nombre de la revista aportado sea incorrecto.

En Italia y Alemania respectivamente, PC professionale y PC professionel se publicaban mensualmente desde 1991 y vendían miles de ejemplares. Dado que Holst es un apellido de origen danés y alemán, siendo casi inexistente en Italia, el artículo se encuentra probablemente en la versión alemana de la revista. Esta era la versión alemana oficial de la popular PC Magazine, siendo mencionada frecuentemente en esta. Era más probable que un dato así llegara al público americano y, a partir de ahí, se extendiera al resto del mundo.

Ahora bien, en la página 71 del número de enero de 1993 de PC professionel había un artículo de Ralph Möllers que no decía nada de las arañas. Lisa Birgit Holst seguía desaparecida. Lo interesante es que se trata de un anagrama de "This is a big troll" (Esto es una gran broma). Quizás nunca sepamos si es coincidencia o el fundador de Snopes, quien la cita, la ha añadido deliberadamente.

Finalmente, Snopes confesó que todo era un bulo, pero que no fueron quienes lo crearon, pues The Guardian publicó en 1999, dos años antes, ese mismo dato.
 

Fuentes: Scientific American.comSnopes

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